Basura Electrónica

La chatarra electrónica, desechos electrónicos o basura tecnológica, se refiere a todos los productos eléctricos o electrónicos que han sido desechados o descartados, tales como: computadoras, celulares, televisiones y electrodomésticos. De acuerdo a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) un desecho electrónico es todo dispositivo alimentado por energía eléctrica cuya vida útil haya culminado. La convención de Basilea por su parte define la basura electrónica como todo equipo o componente electrónico incapaz de cumplir la tarea para la que originariamente fueron inventados y producidos, y estos al ser desechados pasan a ser basura electrónica.
La basura electrónica se caracteriza por su rápido crecimiento debido a la rápida obsolescencia que están adquiriendo los equipos electrónicos y por la mayor demanda de estos en todo el mundo, entre otros factores, de esta manera La ONU calcula que se producen en torno 50 millones de toneladas de esta clase de residuos al año.
El tratamiento inadecuado de la basura electrónica ó e-waste puede ocasionar graves impactos en el medio ambiente y poner en riesgo la salud de la humanidad en general.
Existe una película de Walt Disney que trata de hacer conciencia sobre la contaminación por basura tanto electrónica como de otro tipo, denominada Wall-e..

Un de las causas es debido a la innovación tecnológica, que ha tenido en el último medio siglo un crecimiento sin precedentes; esto ha permitido que tecnologías en principio costosas, complejas y orientadas a un público determinado, sean hoy económicas, sencillas y fácilmente utilizables en la vida cotidiana.

Este constante desarrollo tecnológico genera un permanente recambio de los equipos eléctricos y electrónicos que se consumen de manera doméstica; las nuevas funcionalidades y modelos de los aparatos; la mayor accesibilidad por la disminución de los costos y la oferta constante de “la novedad”, hacen que estos productos se tornen obsoletos con mayor rapidez.

Debido a esto, la otra cara de este “boom” de consumo masivo de aparatos eléctricos y electrónicos es la explosión en la generación de basura electrónica, la que contiene sustancias químicas tóxicas y metales pesados y, al mismo tiempo, materiales valiosos como oro, plata, platino o cobre.

Las televisiones son otros de los aparatos que se están vendiendo y propiciando el crecimiento de la basura electrónica; los factores que han contribuido a que esto ocurra han sido: en 2010, el mundial de fútbol de Sudáfrica y los planes de financiación de las cadenas comerciales de electrodomésticos, pero sin duda el gran impulso al recambio de aparatos estará dado por la irrupción de la televisión digital, generando una explosión de basura electrónica en países que aún no cuenta con una infraestructura de recolección, reutilización y reciclado de esta clase de “residuos”.

La velocidad con la que esta montaña de productos electrónicos obsoletos está creciendo generará una crisis de enormes proporciones a menos que las corporaciones de la industria electrónica, que obtienen ganancias por fabricar y vender estos aparatos, asuman su responsabilidad.

Durante 5 años Greenpeace impulsó una ley nacional de gestión de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos bajo la responsabilidad extendida del productor, que obliga a los fabricantes a hacerse cargo de los residuos de sus propios productos e impulsa un sistema de mejora en la etapa de producción que elimina las sustancias tóxicas en los aparatos y una .disminución en el consumo, la cual debería de promoverse y aplicarse a nivel mundial

Problemas ambientales asociados
Existen diversos daños para la salud y el medio ambiente generado por varios de los componentes contaminantes presentes en la basura electrónica, en especial el mercurio, que produce daños al cerebro y el sistema nervioso; el plomo, que potencia el deterioro intelectual, ya que tiene efectos perjudiciales en el cerebro y todo el sistema circulatorio, además, el cadmio, que produce fallas en la reproducción y posibilidad incluso de infertilidad, entre otras cosas; y el cromo, que produce problemas en los riñones y a los huesos; el plástico PVC es también muy utilizado; un celular, por ejemplo, contiene entre 500 a 1000 compuestos diferentes.
Estas sustancias peligrosas generan contaminación y exponen a los trabajadores en la fabricación de estos productos; también la colocación de este tipo de residuos en la basura, o al alcance de las manos de los recogedores de basura, es poner en riesgo la salud de las personas y del ambiente, debido a que contienen componentes peligrosos como el plomo en tubos de rayos catódicos y las soldaduras, el arsénico en los tubos de rayos catódicos más antiguos, etc.
Mientras los celulares, los monitores y los televisores están en nuestras casas no generan riesgos de contaminación; pero cuando se mezclan con el resto de la basura y se rompen, esos metales tóxicos se desprenden y pueden resultar mortales, mucho disponemos de alguna computadora en la casa y en el trabajo, y aunque la vida útil de estos equipos se estima en diez años, al cabo de unos tres o cuatro ya han quedado obsoletos debido a los requerimientos de los nuevos programas y las nuevas versiones de los sistemas operativos, por lo que este constante desarrollo tecnológico sumado a la oferta de nuevas versiones en el mercad, generan un permanente recambio de estos equipos eléctricos y electrónicos que se consumen de manera doméstica, de igual forma, las nuevas funcionalidades y modelos de los aparatos; la mayor accesibilidad por la disminución de los costos y la oferta constante de “la novedad”, hacen que estos productos se tornen obsoletos con mayor rapidez.
Obtener un nuevo equipo electrónico es más barato, que hace que abandonamos o almacenamos una computadora cuando todavía no ha llegado al final de su vida útil, para comprar otro nuevo, desconociendo el enorme costo ecológico que genera tanto la producción como el desecho de estos equipos.
Los residuos electrónicos de los equipos informáticos generan una serie de problemas específicos, pero además, esta basura electrónica suelen llevarse a los países del tercer mundo, porque es más rentable almacenarla ahí, lo que los convierte en receptores de esta contaminación, causando serios daños a la salud de sus pobladores y al medio ambiente.

Vertederos tecnológicos:
Al día de hoy se sabe de la existencia de grandes vertederos tecnológicos, donde los países occidentales vierten su basura electrónica, siendo el mayor vertedero del mundo de ese tipo de basura China, concretamente en la ciudad de Guiyu, información que el propio gobierno chino ha confirmado.
Se calcula que en esa ciudad trabajan 150.000 personas para tratar la basura que envían, principalmente, países como EE UU, Canadá, Japón y Corea del Sur, ya que estas fuentes generadoras de toneladas de basura tecnológica eligen los países tercermundistas para depositar toda su chatarra.
Hoy en día se habla cada vez más de otro gigantesco punto para verter desechos localizado en Ghana, Africa.

Algunas posibles soluciones consisten en:
• Incorporar el consumo responsable que incluya el reciclado de los equipos electrónicos.
• Reducir la generación de desechos electrónicos a través de la compra responsable y el buen mantenimiento..
• Donar o vender los equipos electrónicos que todavía funcionen.
• Donar equipos rotos o viejos a organizaciones que los reparan y reutilizan con fines sociales.
• Reciclar los componentes que no puedan repararse; hay empresas que acopian y reciclan estos aparatos sin costo para los dueños de los equipos en desuso.
• Promover la reducción de sustancias peligrosas que se usan en ciertos productos electrónicos que se venden en cada país.
• La responsabilidad extendida del productor en la cual luego de su uso por los consumidores el propio productor se lleva el producto, esto los impulsa a mejorar los diseños para que sean más sencillos de reciclar y reutilizar.
• En algunos países se piensa en todo el ciclo de vida de un producto. Se multa a la gente que no se comporta responsablemente luego de consumir. Incluso algunos productos tienen una tasa destinada a resolver la exposición final de esos materiales.
• Las propias empresas deberían contar con un sistema de reciclaje de sus propios productos, así todo el planeta se beneficiaría.

Conclusión:
Todos sabemos que este problema no es tan fácil de solucionar, y que cada día que pase puede convertirse en algo caótico y muy peligros a nivel mundial ya que las grandes empresas tienen como objetivo principal el de obtener ganancias sin importar las consecuencias, es por eso que cada uno de nosotros, como usuarios de estos equipos debemos pensar que de momento nos hacen la vida más fácil, pero en un futuro puede ser todo lo contrario.
De esta manera en G4A, preocupados por el deterioro ambiental, ponemos a su consideración esta información, considerando que el derecho a estar informados es primordial, y de esta manera entre todos tomar acciones que nos ayuden a no contribuir con el deterioro ambiental.